El uso excesivo o inadecuado de las redes sociales se vincula con la aceptación y difusión de noticias falsas
- Equipo Precisar
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Equipo Precisar
Mayo de 2024

Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Michigan State ha analizado la relación entre el uso problemático de redes sociales y la propensión a creer y compartir noticias falsas. La investigación se centró en personas jóvenes, de entre 18 y 26 años, grupo demográfico que suele presentar mayores niveles de dependencia a estas plataformas.
Para llevar a cabo el estudio, se seleccionaron 189 participantes que fueron expuestos a 20 publicaciones simuladas de redes sociales, de las cuales la mitad correspondía a noticias verídicas y la otra mitad a ejemplos claros de desinformación. Los investigadores evaluaron tanto el juicio crítico de los participantes sobre la veracidad de estas publicaciones, como su intención de interactuar con ellas mediante clics, comentarios, “me gusta” o compartir.
Además, el estudio incluyó una medición del nivel de “uso problemático” de redes sociales en los participantes, que se define como una dependencia conductual que puede incluir preocupaciones constantes por las plataformas, cambios de humor relacionados con su uso, necesidad de validación social a través de interacciones, conflictos en la vida diaria e incluso síntomas de abstinencia al intentar desconectarse.
Los resultados indicaron que quienes presentan un mayor uso problemático son también quienes más tienden a creer en noticias falsas y a participar en su difusión. Este comportamiento se asocia a una mayor impulsividad, característica común en quienes desarrollan adicciones conductuales.
Si bien las autoridades médicas aún no reconocen formalmente el consumo problemático de redes sociales como un trastorno clínico, el estudio apunta a que sus efectos son comparables a los de otras adicciones conductuales o al consumo de sustancias. Entre las consecuencias observadas en este grupo se encuentran dificultades laborales, bajo rendimiento académico y problemas de salud mental.
Los investigadores señalan que la colaboración con las grandes plataformas tecnológicas —como Meta o Google— podría ser clave para diseñar estrategias que identifiquen a usuarios con este perfil de uso problemático. Así, sería posible ajustar los algoritmos y ofrecer experiencias digitales que disminuyan la exposición y el impacto de la desinformación, por ejemplo, mediante opciones personalizadas para usuarios en tratamiento.
Este estudio es pionero en su enfoque, pues no solo examina la relación entre consumo de redes y desinformación, sino que también aporta evidencias sobre cómo la adicción conductual influye en los comportamientos digitales. Su relevancia radica en ofrecer una base para intervenciones dirigidas a reducir la propagación de fake news en un entorno cada vez más marcado por la dependencia tecnológica.