La cultura digital, lejos de ser una experiencia uniforme, se está fragmentando en comportamientos radicalmente diversos en 2025. Se observa una clara divergencia: mientras algunos usuarios abrazan plenamente la inteligencia artificial, otros la rechazan por completo. Paralelamente, emergen estilos de vida híbridos que entrelazan videojuegos, espacios "phygitales" (físicos y digitales) e incluso tecnología integrada en el cuerpo. Esta polarización y la aparición de nuevas for