A veces, cambiar de nombre no es borrar el pasado, sino precisar mejor hacia dónde se quiere ir
- Equipo Precisar
- 20 may
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 26 oct
Mayo de 2025

Fundación Democracia Abierta ha evolucionado para llamarse Precisar, pero el cambio nominal no implica olvidar su legado, sino enfocarlo mejor hacia el futuro Decidimos que “cambiar de nombre no es borrar el pasado, sino precisar mejor hacia dónde se quiere ir".
Este giro estratégico redefine el sentido y propósito, manteniendo intacta nuestra misión de promover la alfabetización mediática digital y el pensamiento crítico en la ciudadanía, pero con una identidad más acorde a nuestros objetivos actuales.
Sobrecarga de información y filtros algorítmicos
Vivimos en la era de la sobrecarga informativa. Cada día se generan aproximadamente 463 exabytes de datos en todo el mundo, según estimaciones del Foro Económico Mundial.
Para ponerlo en contexto, es una cantidad de información imposible de asimilar en una vida humana: ¡se ha calculado que a una persona le tomaría unos 26 millones de años verlo todo. Dado que es inviable consumir todo ese contenido diario, dependemos de que algoritmos –como los de redes sociales, buscadores y plataformas– filtren y prioricen la información por nosotros. El desafío, entonces, es entender cómo funcionan esos filtros y qué criterios utilizan para mostrarnos ciertos contenidos y ocultar otros. Existe una creciente demanda por comprender cómo los algoritmos filtran y presentan la información ya que solo así podremos navegar con criterio propio la avalancha de datos que enfrentamos a diario.
Brechas de comprensión lectora y habilidades digitales en Chile
Este desafío global tiene particular urgencia en Chile. El país exhibe un alto nivel de conectividad: el 96,5% de los hogares chilenos cuenta con acceso a internet (fijo o móvil) –un récord histórico según datos oficiales de 2024, lo que indica que la infraestructura digital está ampliamente disponible. Sin embargo, tener conexión no garantiza aprovecharla plenamente. Diversos estudios revelan que más de la mitad de la población tiene dificultades para comprender lo que lee en textos escritos. De hecho, un 53% de los adultos en Chile posee un nivel de comprensión lectora muy bajo, según evaluaciones de la OCDE.
Esto significa que una proporción enorme de chilenos puede leer un texto pero no necesariamente entenderlo o evaluarlo en profundidad, lo que limita su participación informada. A ello se suma la brecha en capacidades digitales: alrededor de 5 millones de chilenos no cuentan con las habilidades digitales suficientes para usar internet de manera efectiva. Estas personas, pese a tener potencial acceso a la red, quedan rezagadas de la economía digital y de las nuevas oportunidades de desarrollo personal y profesional que ofrece la era de la información. Siendo así , Chile enfrenta una paradoja crítica: casi toda su población está técnicamente conectada, pero más de la mitad no puede aprovechar plenamente la información disponible ya sea por barreras de comprensión o falta de habilidades digitales. Este panorama subraya la urgencia de fortalecer la alfabetización mediática y digital en todos los segmentos de la ciudadanía.
La irrupción de la IA y la importancia de la ética y el criterio
A esta situación se suma un factor relativamente nuevo pero transformador: la inteligencia artificial (IA). Hoy, la IA media prácticamente todos los aspectos de cómo buscamos, interpretamos y confiamos en la información. Desde los resultados que nos muestra un buscador hasta las noticias que vemos en redes sociales, algoritmos impulsados por IA deciden qué contenidos aparecen en nuestro campo de visión digital. El riesgo es seguir educando a la ciudadanía con un enfoque del ayer, pensando en un ecosistema informativo que ya cambió radicalmente. Si formamos a niños, jóvenes y adultos con métodos tradicionales, desconectados de la realidad algorítmica actual, corremos el peligro de dejarlos indefensos ante desinformaciones, sesgos automatizados y manipulación digital.
En un mundo donde la IA está integrada en cada producto y plataforma, la ética y el pensamiento crítico ya no son opcionales, sino indispensables. Como bien señalan especialistas en el tema, cualidades como la creatividad, la honestidad y la ética hoy “ya no son opcionales, son imprescindibles” en la era de la IA. Esto implica que debemos inculcar en la ciudadanía no solo competencias técnicas, sino también un criterio formado para discernir la calidad de la información, reconocer sesgos (ya sean humanos o de algoritmos) y tomar decisiones informadas.
La alfabetización mediática del siglo XXI debe abarcar estas dimensiones: entender el funcionamiento básico de los sistemas de IA, sus potenciales sesgos y limitaciones, y desarrollar una conciencia ética en el uso y difusión de la información. No se trata de temer a la tecnología, sino de comprenderla y gestionarla con responsabilidad. Solo así podremos aprovechar lo mejor de la IA (su capacidad de procesamiento y personalización) sin caer víctimas de sus posibles trampas (burbujas informativas, noticias falsas viralizadas, etc.).
La misión de Precisar: transformar información en educación
Frente a este escenario, Precisar asume el rol de traductor y guía en el caos informativo actual. ¿Qué significa esto? Que toma ese flujo infinito de información que nos abruma a diario y lo convierte en experiencias educativas interactivas diseñadas para empoderar a las personas en el mundo digital.
En Precisar se desarrollamos herramientas, contenidos y actividades formativas que muestran cómo se produce y circula la información, y cómo las plataformas digitales la priorizan o visibilizan. El objetivo es desmitificar esos procesos: que el usuario común pueda ver qué hay detrás de una noticia viral, de un resultado destacado en Google o de una tendencia en redes sociales. Al hacer visible lo invisible, los criterios y mecanismos de la era digital, se busca que cada persona adquiera habilidades para acceder, analizar, crear y participar con confianza en la esfera digital. En términos de alfabetización mediática digital, se trata de cultivar las competencias clave: acceder a información de manera eficaz, analizar y evaluar críticamente su contenido, crear y compartir contenidos propios de forma responsable, y participar activamente en la vida cívica digital. Estas habilidades permiten a la ciudadanía pasar de ser un consumidor pasivo de información a un actor informado y crítico en el entorno digital.
Precisar, con sus programas y recursos, promueve justamente ese salto cualitativo. En lugar de quedar abrumados o manipulados por la avalancha informativa, las personas aprenden a navegarla con criterio, convirtiéndose en ciudadanos digitales seguros, conscientes y comprometidos. En definitiva, la misión de Precisar es proveer las herramientas educativas para que la tecnología y la información trabajen a favor de las personas –ampliando sus oportunidades y derechos, y no en su contra. Al fomentar la alfabetización mediática digital como la habilidad esencial del siglo XXI Precisar contribuye a construir una sociedad más resiliente, informada y participativa en plena era de la información infinita.
Un abrazo,
Equipo Precisar
Fuentes: Foro Económico Mundialreasonwhy.es; Subtel/Cadem – Encuesta Acceso y Uso de Internet 2024latercera.com; OCDE – Evaluación de Competencias Adultos 2022-2023biobiochile.cl; Centro de Estudios de Telecomunicaciones de AL (cet.la) – MWC 2025elmostrador.cl; Precisar (educacion mediática)precisar.netprecisar.net; Myojung Chung (2025) en Esfera Comunicacionalesferacomunicacional.ar; Orquidea Comunicació (2025)orquideacomunicacio.com; Vladimir Cortés (Article19) – Alfabetización Digitalamericasdialogue.org.





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