La crisis de la información: cuando la audiencia huye de lo que se cree esencial

Equipo Precisar
23 sept
3 Min. de lectura

Actualizado: 28 oct

Septiembre de 2025

¿Qué pasa si quienes evitan consumir noticias tienen razón y no necesitan el tipo de información que reciben?

El periodismo enfatiza que nuestras sociedades NECESITAN información de calidad, pero es justo preguntarnos si alguien realmente NECESITA el tipo de información que se está produciendo actualmente.

La respuesta no está en las encuestas, sino en las acciones: el 40% de las personas "a menudo o a veces evita las noticias en estos días", según el último Informe de Noticias Digitales. En Estados Unidos es el 42%, en Reino Unido el 46%, y en algunos países supera el 60%.

La realidad chilena: consumo sin confianza

Los datos más recientes revelan una paradoja informativa profunda. Mientras el consumo de noticias aumentó casi 20 puntos porcentuales entre 2024 y 2025, la confianza general en los medios se mantiene en niveles críticos del 36%. Un 64,6% de los chilenos declara no confiar en las noticias la mayor parte del tiempo y un 55,3% califica como pobre el desempeño del periodismo nacional.

Esta desconexión entre interés y confianza revela una alta segmentación ideológica: los chilenos prefieren medios afines a su orientación política y evitan aquellos que perciben como contrarios. Paradójicamente, los periodistas individuales gozan de mayor confianza que los medios nacionales, especialmente entre mujeres y audiencias más jóvenes, sugiriendo que la crisis se centra en las instituciones mediáticas, no en la profesión.

El problema no son las herramientas, sino el propósito perdido

Quienes producen información rara vez consideran las necesidades emocionales de la audiencia o el papel que esa información debe desempeñar en sus vidas. Se limitan a comunicar "lo que sucede", sin preocuparse por lo que las personas "deben hacer" con esa información.

El periodismo tradicional abruma por su volumen y negatividad, pasando de un tema a otro sin dejar espacio para las preguntas fundamentales: "¿Por qué comunicamos lo que comunicamos? ¿Para qué sirve realmente la información que producimos?".

Las conversaciones sobre "salvar" los medios se centran en síntomas - modelos de negocio obsoletos, sistemas de distribución fallidos - pero ignoran la enfermedad: durante demasiado tiempo, los medios no se han centrado en las personas. Han reducido su humanidad a métricas sin alma, deteriorando una relación que ahora está prácticamente rota.

Dos preguntas que lo cambian todo

Hay una diferencia fundamental entre preguntarse "¿Cuál es el propósito de la información?" y "¿Qué debería permitirnos sentir, pensar o hacer la información que consumimos?".

La primera tiende a evocar respuestas institucionales: exigir cuentas al poder, ser guardianes de la verdad. Son roles válidos, pero centrados en la institución, no en las personas.

La segunda desplaza el foco hacia un propósito humano. Imagina que la información podría:

Fomentar conexión y sentido de pertenencia
Empoderar decisiones informadas
Ayudarnos a entendernos mejor
Impulsar conversaciones significativas
Contribuir al bienestar
Construir un futuro más esperanzador

La transformación necesaria

Este momento requiere comprender la realidad de las vidas de las personas: qué necesitan, qué puede mejorarlas y cómo la información se integra como fuerza positiva en esas vidas. Ir más allá de producir más contenido o distribuir en más plataformas.

La confianza en los medios es baja y la tendencia a evitar información sigue en aumento, pero no asumamos que las personas no participan por falta de curiosidad. La responsabilidad es fomentar esa curiosidad.

La cuestión no es cómo lograr que las personas interactúen con lo que creamos, sino cómo crear algo con lo que deseen interactuar.

Es tiempo de reconocer que tal vez quienes evitan consumir información no están equivocados. Tal vez están señalando un problema real: hemos perdido de vista para qué y para quién comunicamos.

La solución no está en convencer a las personas de que necesitan lo que se produce, sino en producir lo que las personas realmente necesitan para vivir mejor.

Un Abrazo

Equipo Precisar

Fuentes: